Leyes de la vida

_Ya es martes y aun no existen señales de vida ni de aquel, ni de fulano ni mucho menos de sultano.

_Así están las cosas, sin menciones especiales los días han transcurrido tranquilos desde el sábado, nuevamente me preparo para repartir cartas con el solo animo de hacer un poco de ejercicio y olvidar lo sola que me siento miles de instantes de la nada; el estomago rezonga, no he hecho nada y sin embargo el cuerpo exige el compromiso del alimento, no debería comer pienso, son esas ideas anoréxicas que se me cruzan por la mente, las cuales me trastornan aun sabiendo el real efecto de ese trastorno, trato de erradicarlas al compás de una música que habla de la consagración del alma, del amor, del magnifico delirio, a caso expresa algo de mí?, lo dudo, yo no vivo el hoy por hoy del amor, esa palabra me causa arcadas, o al menos una sensación de desconfianza, para mi es simplemente un concepto que no me anima, en el hoy por hoy los enunciados se trastocan, el deseo y sus derivados cobran más importancia, de amor, por lo menos en estos meses, en este periodo estoy segura de que no veré nada.

_Bueno, me desvié del tema que trae mis letras por aquí, los niños, bueno, dos botados en el norte, uno por el sur, alejados de mis circunstancias, y es difícil pues no entiendo en que momento estos tres individuos arremetieron en mi vida transformándose en parte esencial del recorrido de los días, parte de un calendario de situaciones que no planifique. Los niños como me gusta decirles por apreció, cariño o simple mala costumbre) deben encontrarse en el apogeo máximo del carrete y el desenfreno, me imagino claramente en que pasos deben estar si es que la caña ya no les gano el cuerpo y en consecuencia se encuentran tirados dormitando entre los calores y el sabor a fiestas pasadas, no, pero seguramente están retozando almuerzo, entendiéndose con los amigos, festejado su felicidad o en el peor de los casos hablando de experiencias vividas las noches precedentes, si, algo así debe ser su itinerario, si es para la risa mis lucubraciones en base a un simple viaje, es que no me queda más, yo estoy a kilométricos pasos de su estar, en La Serena, con la compañía de mis esperanzas y de estos pensamientos que me matan.